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encuentro en Lituania

Alumnas y  profesores del instituto han
participado en un encuentro  en Kaunas (Lituania) con el objetivo de
evaluar el primer año de funcionamiento del Proyecto Comenius. Además
asistierón alumnos y profesores de Bristol (Reino Unido) y Stavanger
(Noruega), valorando positivamente el primer año de la iniciativa.
  El viaje, celebrado entre los días 23 y 27 de
abril, incluyó una típica jornada escolar en el instituto lituano
'Silainiai', recepción por parte de las autoridades, actuaciones de los
diferentes paises participantes, clases en inglés por parte del
profesorado lituano, visitas culturales  y una ruta turística por la
ciudad medieval de Trakai y Vilnius.

 

http://www.hoy.es/20080504/navalmoral/alumnos-profesores-augustobriga-participaron-20080504.html

V – Enero 2009

"No hay camino para la paz, la paz es el camino"    Gandhi

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Un cuento de Navidad ( II )



UN CUENTO DE NAVIDAD

Para escribir este cuento podría inspirarme en los
temas tradicionales de la
Navidad pero he pensado ser un poquito más original.

Queridos Reyes Magos me llamo Estrella y como todos
los años escribo esta carta con mucha ilusión.

Este año me he portado muy bien pues he reducido el
número de peleas en casa, con mis padres y mi hermana. Ya con 14 años y
conociendo vuestro “GRAN SECRETO” y sabiendo el gran esfuerzo que cada año realizáis
por estas fechas he decidido no pedir nada y ceder mi puesto en esa gran lista
de peticiones a esos pequeños e inocentes niños.

Este año tan sólo os debo dar las gracias por todos
los regalos que me habéis dado durante todos estos años y agradeceros también
que sin haberos pedido nada y sin cata alguna este año como cualquier otro me
habéis hecho feliz. No ha habido enfermedades en mi familia, tengo unas amigas
que son las mejores del mundo y el chico que me gusta me está haciendo caso. Sé
que como adolescente que soy debería pedir, y pedir; pero este año sólo puedo
agradecer.

En el instituto, en 3º ESO, me está costando en
ciertas asignaturas pero los profesores también cuentan el esfuerzo. He sacado
cuatro sobresalientes y las materias en las que flojeo las he aprobado; y
aunque los chicos de mi edad tengamos fama de rebeldes y que pasamos de las
cosas, también nuestro futuro nos interesa. Pero eso es ya otro cantar. Voy a
quedarme sentada delante de la televisión tomándome el vaso de leche calentita
y esas galletas que tanto le gustan a vuestros camellos.

 

3º ESO

La Marinidad



LA MARINIDAD

En un lugar poco común para la gran mayoría de las
personas, unos pintorescos personajes decidieron celebrar la
"Marinidad". Todo ocurrió de la siguiente forma: un día del mes de
Diciembre de 2008 una sirenita llamada Marina, caracterizada por su gran
curiosidad y su afán de ejercer de detective, decidió acercarse a la orilla de
una playa para investigar sobre la desaparición de ciertas especies marinas
como los mejillones, las gambas, las navajas y algunas especies más. Cuando
llegó a la playa se encontró con Lucas, un niño del pueblo más cercano, llamado
Huerta del Pez. El niño llevaba un gorro rojo con una borla en la punta y
estaba echando sal en unos huecos entre las piedras. Marina se acercó y le
preguntó:

¿Qué estás haciendo?

¿Por qué hay tantas luces?

¿Por qué está toda la gente tan contenta?

¿Por qué la gente no para de cantar?

¿Por qué hay gente vestida con esas prendas tan raras?

Lucas le contó la historia que nosotros, es decir los
seres humanos conocemos muy bien acerca de la Navidad. Luego le
dijo que estaba recogiendo navajas para la cena de Nochebuena. Marina no acabó
de entender aquella historia pero decidió hacer una fiesta parecida con sus
amigos en el fondo del mar. Invitó a la familia Cangrejo, a las Almejas, a las
Medusas, a los peces Payasos, a los delfines…

Todos colaboraron para decorar el lugar donde iban a
hacer la fiesta:

Las ostras dieron sus perlas y con ellas hicieron
guirnaldas, con las algas se hicieron cintas, las medusas formaron la carpa,
los corales hicieron el árbol de Marinidad y los peces hicieron las pompas para
decorarlo, los cangrejos, las almejas y los bogavantes tocaban las castañuelas
y todos los animales entonaban algunas canciones.

Los peces lo celebraban pero no acababan de entender qué
era exactamente lo que celebraban; entonces decidieron encontrarle algún
sentido.

Al igual que los humanos celebraban el nacimiento del
niño Jesús ellos decidieron encontrar un ''pezqueñín",
buscaron por todo el fondo marino y al final dieron con un pez muy diferente,
ninguno era igual a él y decidieron celebrar su nacimiento, a partir de ahí
todos los años por esas fechas buscaban un ''pezqueñín"
especial para al igual que los humanos celebrar una fiesta.

Marina seguía teniendo dudas sobre la historia que Lucas,
el niño de la playa, la había contado, y en su afán de curiosear, decidió
buscar al niño otra vez para seguir investigando sobre la desaparición de las
especies marinas.

Lucas le contó que en esas fechas las personas consumen
mucho pescado y mucho marisco entre otras cosas y que además decoran las
calles, las casas, los parques etc. con muchas luces y que generalmente se
olvidan de la celebración del nacimiento del niño Jesús. Marina tuvo en cuenta
lo que Lucas le contó y desde entonces los habitantes del fondo del mar
disfrutan de una "Marinidad" más auténtica que nuestra Navidad.

 

Mar de Coral

 

El Tío Tenazas



El Tío Tenazas

La noche caía acompasada con el ritmo de los copos de
nieve. Un manto blanco cubría las calles adoquinadas. Zacarías avanzaba
apesadumbrado, asemejándose a las vigorosas encinas que le rodeaban. El anciano
se encontraba en el final de su vida, que ciertamente, había dado para mucho.
Nació más de sesenta años atrás, en un pueblo perdido entre las colinas de la
sierra cordobesa.

Se había casado en sus años de juventud, pero la mala
suerte se alió para robarle, primero, a su esposa en el parto de su único hijo,
y luego a éste años después en las guerras de Ultramar. Zacarías, pese a que
era Nochebuena, no podía olvidar las labores del campo, que era su único
pasatiempo y a la vez empleo. Las ovejas que cuidaba tiritaban muertas de frío.
Aseguró bien la cerradura del redil para prevenirlas de los ataques de los
temibles lobos que asociaban la zona desde tiempo
inmemorial.

Acto seguido, se dirigió, guiado por la luz de su farol,
a la taberna de su amigo Eusebio, llamada La Paloma. En él había
reunidos unos cuantos hombres del pueblo, el tabernero, y su hermana,
Margarita. La conversación giraba sobre la Navidad y fundamentalmente sobre la matanza del
cerdo y la buena cosecha de aceitunas. El frío intenso estaba favoreciendo la
curación de morcillas, chorizos, salchichones, etc. Además, Eusebio no hacía
más que jactarse de la buena cosecha en los olivos de la zona, de los que
poseía un buen número y, que sin duda permitirían el abastecimiento de aceite
en las próximas estaciones.

Ya cerrada la noche y terminados los temas de
conversación, Zacarías decidió que era hora de marcharse, por lo que después de
felicitar la Navidad
a los asistentes, se dirigió a su hogar. La casa se encontraba a las afueras
del pueblo, en el camino de la
Fuente. Al igual que todas las viviendas de alrededor, la de
Zacarías contaba con un zaguán de entrada, decorado de forma austera, donde
estaban colocados varios utensilios de labranza y demás objetos propios de un
hombre de campo. Después había un largo pasillo, con varias habitaciones a los
lados y que desembocaba en la principal estancias, compuesta por cuatro paredes
que sujetaban una pequeña bóveda, y que contenía tres o cuatro taburetes y una
pequeña mesa alrededor del fuego, cuyas llamas, al crepitar, dibujaban figuras
fantasmagóricas en las paredes. La única iluminación era la proporcionada por
la lumbre y el candil, el cual encendió, situado en un gancho de la bóveda.

Posteriormente, decidió preparar una humilde cena de
Navidad. Se dirigió a la cocina, donde cortó unos trozos de embutido y queso
que habían sido elaborados por él mismo. En estos momentos, se paró a pensar
sobre el sentido de su vida. Ciertamente, además de la muerte de su mujer y de
su hijo, lo más triste era que, debido a antiguas disputas familiares, no se
hablara con el único pariente que le quedaba vivo, su hermana, quien vivía
casas más abajo, con su marido y sus cuatro hijos, y que se había dedicado a
ignorarle sistemáticamente, por diferencias en el reparto de la herencia
paterna. El anciano, ensimismado en sus pensamientos, se sentó en el taburete,
y en la soledad de la lumbre, degustó lo que para él eran verdaderos manjares.

El carácter pacífico y sencillo de los habitantes del
municipio, hacía que existiera la costumbre de no cerrar las puertas de las
casas, incluso en invierno.

Una vez acabada la humilde cena, decidió encenderse un
cigarrillo con las tenazas que, ardiendo al rojo vivo, le permitían remover los
leños del fuego. De repente sonó un ruido sumamente raro, pero Zacarías no se
preocupó y siguió con su cometido. Un par de segundos después, oyó un sonido
más grande, giró la cabeza, y cuatro centelleantes ojos resaltaron en la
penumbra, debajo de los cuales había dos enormes bocas, repletas de colmillos,
preparadas para atacar a nuestro buen hombre. El anciano, sin pensarlo, tiró
las tenazas al suelo y los cuatro ojos desaparecieron en la oscuridad,
asustados por el golpe y el centelleo de las ascuas al caer al suelo.

Minutos después, voces en la calle alertaban de que
habían entrado lobos en casa de Zacarías, y unos cuantos vecinos se acercaron a
reanimarle. Entre ellos, sorprendentemente estaba la hermana, que empezó a
llorar, y a lamentarse de su mal comportamiento en los últimos años.

Cuando el anciano recuperó el conocimiento, ambos se fundieron
en un cálido abrazo, y desde entonces, de abuelos a nietos, se difunde esta
historia del "tío Tenazas", apodo con el que se conoció a Zacarías en
adelante y, para terminar, como alguien dijo alguna vez, sólo valoramos a las personas cuando nos encontramos cerca de perderlas.

– GUILLERMO DE
BASKERVILLE –